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Storytelling, directo al corazón

El storytelling es una técnica de marketing que consiste, como su nombre indica, en contar historias, pero ¿para qué? La respuesta es tan antigua como evidente. Conectar con los usuarios, lograr establecer un vínculo emocional entre ellos y el mensaje que queremos transmitir sobre nuestra marca, servicios o productos.

Desde tiempos remotos las buenas historias han motivado al ser humano a cometer los actos más increíbles. Por ejemplo, ir a la guerra, cambiar de religión, partido político o estilo de vida.

Pensemos por un momento en la influencia que tienen sobre nosotros las series, películas, libros, blogs y noticias que consumimos a diario. Es inmensa, y todas son historias.

A todos nos gusta conocer las historias de los demás, sobre todo en el mundo actual, tan complejo. El storytelling ha sabido aprovecharse de esto.¿El resultado? Hoy se posociona como una de las modalidades más eficaces del marketing.

Estamos cansados y abrumados ante tantos números y datos. Es verdad, las cifras convencen, pero las historias tocan el corazón.

“Las personas se convierten en los relatos que escuchan y en los relatos que cuentan.”
Elie Wiesel, Escritor húngaro

¿Cómo funciona el storytelling en el marketing?

El arte de contar historias, como también se conoce, seduce a la audiencia, pero ¿cómo puede contribuir a promover un producto o marca?

Cuando contamos algo es normal que generemos un sentimiento de empatía en la persona que nos escucha. Es así que actúa el storytelling, a partir de una historia, los usuarios se sienten identificados con las situaciones que en ellas se narran. Sus personajes se muestran más reales y cercanos que un anuncio o una promoción con in fin claramente un fin mercantil.

El storytelling no busca la venta de un producto. Intenta crear con el cliente un lazo espiritual, más fuerte que otras estrategias que apuntan a lo material.

A través de estas historias, nuestros productos adquieren valor emocional. Además de satisfacer las necesidades primarias y físicas, se convierten en portadores de la imagen, los valores y el espíritu de nuestra marca. Y, si nuestra historia convence, si logramos cautivar a nuestros clientes, ellos mismos se convertirán en promotores de nuestra marca, en narradores de nuestra historia.

Pero no podemos dejar la empresa o la relación con los usuarios en manos de cualquier cuento, ¿verdad?

¿Qué tipo de historia debemos contar?

  • Una que sea el reflejo de los valores y la esencia de la marca. Que sea coherente con el resto de las estrategias de marketing de la empresa.

  • Una que se dirija a las emociones. Recuerda que es más que un anuncio. El usuario no puede quedar indiferente después de conocerla.

  • Una que involucre a la audiencia. Aunque seas el narrador de la historia, ten presente que lo haces para el cliente. Debes lograr transmitir tu relato individual de manera tal que el público se sienta identificado en él.

“Los relatos personales celebran lo que es único en cada uno de nosotros y simultáneamente tienden puentes hacia lo que es común en todos nosotros.”
Lucinda Elodin y Dennis Frederick, Storytellers estadounidenses

¿Qué beneficios tiene emplear el storytelling?

En primer lugar, es simple. Una historia descubre conceptos y mensajes de manera mucho más clara y efectiva. Este resultado casi nunca se logra a través de la descripción detallada de las virtudes y características del producto o la marca.

Está demostrado que un relato es fácil de contar y de recordar. Es tal la fascinación que puede provocar una historia, que se fija en la memoria del usuario por largo tiempo.

Establece una conexión con muchas personas. Los temas cotidianos de amor, celos, amistad, ambición, muerte, conflictos internos y superación personal son universales, antiquísimos, y todavía forman parte de toda historia. También son comunes en casi cualquier lugar del planeta. Es por eso que funcionan tan bien: logran conectar a muchos y muy diferentes individuos.

Es fuente de motivación e inspiración. Nunca sabemos el alcance que pueden llegar a tener las historias. Por eso, imagina que, al contar tu experiencia, enciendes la curiosidad o la imaginación dormida de algún futuro emprendedor. Qué podría ser mejor que convertirte en ejemplo para alguien que se identifica con tu relato. O que, con tu historia, le muestres una alternativa a alguien que se ha rendido.

Además, los relatos nos humanizan y nos acercan a las demás personas. Con nuestra historia dejamos de ser empresarios/vendedores ante los ojos de los clientes.

Consejos para lograr una buena historia

Haz al usuario parte de tu historia; cuenta relatos que pudieran sucederle a cualquiera, en un entorno común, que muestren sentimientos humanos universales.

Ten siempre en cuenta el objetivo de tu historia. ¿Para qué vas a contar tu historia? ¿Qué pretendes con ello? Debes tener presente la respuesta a estas preguntas durante todo el proceso de confección del relato para que consigas el efecto deseado en la audiencia.

Establece un público meta y no lo olvides ni por un minuto. Ello determinará el tipo de historia que vas a contar, el estilo que vas a emplear, los propios hechos que vas a narrar. Recuerda que toda selección que hagas debe contribuir a que el contenido que transmites sea bien recibido.

Crea un buen argumento. Toda historia debe tener un inicio cautivante, que enganche; un drama inquietante y un desenlace conciliador. Recuerda que es una narración: debe haber una evolución en las situaciones. Sé original en la forma de contar tu historia.

Haz que tu historia y tus personajes sean creíbles. Crea protagonistas humanos, con preocupaciones, miedos y conflictos, capaces de cometer errores y aprender de ellos. Esos son los más atractivos, los sentimos más cercanos y les otorgamos mayor mérito a sus éxitos.

Asegúrate de que el mensaje sea claro. Elabora una historia que provoque el efecto que tú deseas y transmita la idea que tú quieras. Para eso es muy importante que redactes de manera sencilla, clara.

Sé sincero. Puedes contar una historia real o ficticia pero el sentimiento que transmitas en ella no puede ser falso. Recuerda que se trata de construir un vínculo con los usuarios, un lazo verdadero y que llegue a sus experiencias personales.

Por último, una gran marca y una historia conmovedora

Un buen ejemplo del uso del storytelling por parte de una gran empresa es una serie de cinco anuncios para India Google Search, de Google. Cuenta las historias de un abuelo y su nieta. En uno de ellos, “Reunión”, el abuelo conversa con su nieta Suman sobre su amigo de la infancia, Yousuf. Le dice que no tiene noticias de este desde que se separaron por la partición de la India en 1947. El anciano recuerda la tienda de dulces que los padres de su amigo poseían en el viejo Lahore y confiesa que lo extraña. Suman decide entonces utilizar el buscador de Google para encontrar a Yousuf y así consigue reunir a los dos amigos.

Este video, de apenas tres minutos y medio, cuenta con más de 14.678.855 visualizaciones. Emociona por lo universal de los temas que trata, la familia, el pasado, la guerra, la amistad. Logra conectar a casi cualquier persona con los valores que la marca quiere promover y con los sentimientos que nos hacen, a todos, seres humanos.

“La gente olvidará lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero la gente nunca olvidará cómo la hiciste sentir.”
Maya Angelou, Escritora estadounidense

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